Canción cristiana | Toda la obra de Dios es para el hombre
I
La conquista de Dios no controla tu destino,
pues no hay realmente por qué hacer algo así;
sino llevar al hombre a Sí,
que, como criatura adore y cumpla al Creador,
a su destino entrará.
Si Dios castiga al hombre, es por su salvación.
Si lo despoja de anhelos carnales, es por su purificación.
Esta es para que el hombre viva.
Dios juzga al hombre por su bien.
¿Podría el hombre llevar el control de sí
si su destino está en manos del Creador?
¿Podría el hombre llevar el control de sí
si su destino está en manos del Creador?
II
El destino del hombre está en las manos de Dios.
No tienes el control de ti, por más que te empeñes.
Si supieras lo que te espera, si controlaras tu destino,
¿serías aún un ser creado por Dios?
Si Dios castiga al hombre, es por su salvación.
Si lo despoja de anhelos carnales, es por su purificación.
Esta es para que el hombre viva.
Dios juzga al hombre por su bien.
¿Podría el hombre llevar el control de sí
si su destino está en manos del Creador?
¿Podría el hombre llevar el control de sí
si su destino está en manos del Creador?
III
Todas las obras de Dios son para el bien del hombre.
La creación, el cielo, la tierra, están al servicio del hombre.
Las estrellas, las estaciones, la luna y el sol,
las criaturas y las plantas
están para que el hombre viva, todo por el hombre.
Si Dios castiga al hombre, es por su salvación.
Si lo despoja de anhelos carnales, es por su purificación.
Esta es para que el hombre viva.
Dios juzga al hombre por su bien.
¿Podría el hombre llevar el control de sí
si su destino está en manos del Creador?
¿Podría el hombre llevar el control de sí
si su destino está en manos del Creador?
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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