Por tantos años, los pensamientos que la gente
usaba para sobrevivir les dañaron el corazón,
los hicieron cobardes, traicioneros y despreciables.
Carecen de voluntad o decisión,
son avaros, arrogantes y obstinados,
muy débiles para trascender el ego
o librarse de la influencia oscura,
librarse del poder oscuro.