Solo entendiendo el misterio de la encarnación podremos acoger al Señor
Hace 2000 años, los fariseos no consideraron al Señor Jesús como el Dios encarnado, sino que lo trataron como un hombre ordinario, juzgando y condenando a Él, al final, lo clavó en la cruz. Pero el Señor Jesús profetizó que en los últimos días Él se encarnaría en el Hijo del hombre y vendría de nuevo en secreto, tal como la Escritura dice: “Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis” (Lucas 12:40). Si el Señor regresa encarnándose en los últimos días pero no podemos reconocerlo, ¿no estamos tomando el camino fracasado de los fariseos? Entonces ¿qué es la encarnación? ¿Cómo podemos reconocer al Dios encarnado y recibir al Señor?
Dios dice: “La ‘encarnación’ es la aparición de Dios en la carne; Él obra en medio de la humanidad creada en la imagen de carne. Por tanto, para que Dios se encarne, primero debe ser carne, una carne con una humanidad normal; esto, como mínimo, es el requisito previo más básico. De hecho, la implicación de la encarnación de Dios es que Él vive y obra en la carne; Dios se hace carne en Su misma esencia, se hace hombre”.
“La encarnación significa que el Espíritu de Dios se hace carne, es decir, que Dios se hace carne; la obra que la carne realiza es la obra del Espíritu, la cual se materializa en la carne y es expresada por la carne. Nadie, excepto la carne de Dios, puede cumplir con el ministerio del Dios encarnado; es decir, que solo la carne encarnada de Dios, esta humanidad normal —y nadie más— puede expresar la obra divina”.
“El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso; Él es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo”.
De la Palabra de Dios, vemos que la encarnación significa que Dios se convierte en una persona común que tiene humanidad normal y divinidad plena, al igual que el Señor Jesús, quien vivió entre los hombre de manera práctica, expresó la verdad, predicó el camino del arrepentimiento y fue crucificado para redimir a toda la humanidad. Sin embargo, Su apariencia era normal y no sobrenatural. Por lo tanto, no podemos conocer al Dios encarnado en función de Su apariencia, sino de Su obra y palabras, porque sólo podemos ver Su humanidad normal a partir de Su apariencia, pero no Su esencia divina. Por ende, el Dios encarnado es Aquel que es ordinario y normal en apariencia, pero es capaz de expresar la verdad y hacer la obra de Dios mismo.
Si quiere conocer más, por favor lea: Mensaje de Dios
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.
Escribir comentario