Dios desciende de forma secreta antes del desastre, se aparece públicamente después del desastre
Muchas personas que creen en el Señor piensan en esto: “Ahora los desastres son cada vez más grandes, pero todavía no hemos esperado a que el Señor descienda en una nube, ¿Él podrá venir durante o después del desastre?” Entonces, ¿cómo vendrá exactamente el Señor? ¿De qué manera regresará? Leamos primero algunos versículos.
El Señor Jesús dijo: “Mirad que vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15). “Mas en cuanto al día o a la hora nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo; sólo el Padre” (Marcos 13:32). “Porque como el relámpago brilla y se deja ver de un cabo del cielo al otro, iluminando la atmósfera, así se dejará ver el Hijo del hombre el día suyo. Mas es necesario que primero padezca muchos tormentos y sea desechado de esta nación” (Lucas 17:24-25). “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, a cuya vista todos los pueblos de la tierra prorrumpirán en llantos; y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes resplandecientes del cielo con gran poder y majestad” (Mateo 24:30).
Si estudiamos cuidadosamente estas profecías, encontraremos que hay dos etapas de la venida del Señor: una es que el Hijo del hombre vendrá en secreto, y la otra es que Él regresará a través del Espíritu, cabalgando abiertamente sobre las nubes. De hecho, lo que Dios lleva a cabo es una etapa de la obra de salvación a la gente durante Su advenimiento secreto. Si la gente escucha la voz de Dios y acepta y obedece a Él, acoge a Él, yendo al banquete con Él, obteniendo la verdad y la vida y recibiendo Su salvación. Estas personas son las que tienen el corazón de búsqueda y son vírgenes prudentes. Si alguien no busca ni investiga cuando escuche a una persona dar testimonio de que el Señor ha regresado durante la obra secreta de Dios encarnado, sino se aferra a sus propias imaginaciones, esperando que el Señor venga en una nube, así perderá la oportunidad de encontrarse con Él. Después de que se termine la obra del descenso secreto del Señor que expresa la verdad y salva a las personas, comenzará el gran desastre. Luego, Él descenderá en una nube apareciéndose abiertamente al hombre para recompensar a los buenos y castigar a los malos, y todas las fuerzas enemigas que resisten a Dios caerán en el desastre llorando y rechinando de dientes. Podemos ver que Dios hace la obra de salvar al hombre durante Su venida secreta, y que cuando Él se aparezca públicamente, será el momento de recompensar a los buenos y castigar a los malos.
La Palabra de Dios dice: “Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese momento anunciará el final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Sólo aquellos que persisten en la creencia de que ‘El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo’ se verán sometidos al castigo eterno, porque sólo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero de la vida. Y por tanto, sólo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados? El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis”.
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