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Devocionales cristianos

 

Devocionales cristianos 

 

Dios dice: Siempre que hagas algo, debes examinar si tus motivos son correctos. Si puedes actuar conforme a los requerimientos de Dios, entonces tu relación con Dios es normal. Este es el criterio mínimo. Si, cuando examinas tus motivos, surgen los que son incorrectos, y si puedes darles la espalda y actuar conforme a las palabras de Dios, entonces te volverás alguien que es correcto delante de Dios, lo que mostrará que tu relación con Dios es normal, y que todo lo que haces es por amor a Dios y no para ti mismo. Debes enmendar tu corazón, ser justo, y tus emociones no te deben controlar ni debes actuar de acuerdo a tu propia voluntad siempre que hagas o digas algo: estos son los principios por los cuales los que creen en Dios se conducen. Los motivos de una persona y su estatura se revelan en lo pequeño y, así, si las personas quieren entrar en la senda para que Dios las perfeccione, primero deben resolver sus propios motivos y su relación con Dios. Sólo cuando tu relación con Dios es normal Dios te podrá hacer perfecto y sólo entonces el tratamiento, la poda, la disciplina y el refinamiento de Dios en ti podrán lograr su efecto deseado. Es decir, las personas son capaces de tener a Dios en su corazón, de no buscar beneficios personales ni pensar en su futuro personal (en referencia al pensamiento de la carne), sino que más bien llevan la carga de entrar en la vida, hacer todo lo que pueden para perseguir la verdad, y someterse a la obra de Dios. De esta forma, los objetivos que buscas son correctos, y tu relación con Dios es normal. Se puede decir que arreglar tu relación con Dios es el primer paso en la entrada a tu viaje espiritual. Aunque el destino de los hombres está en las manos de Dios, y Dios lo ha predestinado y no lo pueden cambiar, que Dios pueda o no perfeccionarte y ganarte depende de si tu relación con Dios es normal o no. Tal vez haya partes de ti que son débiles o desobedientes, pero en tanto que tu actitud sea correcta y tus motivos sean correctos, y en tanto que hayas enmendado tu relación con Dios y la hayas hecho normal, entonces estarás calificado para que Dios te perfeccione. Si no tienes la relación correcta con Dios, y actúas por el bien de tu carne o de tu familia entonces, independientemente de qué tan duro trabajes, todo será en balde. Si tu relación con Dios es normal, entonces todo lo demás encajará en su lugar. Dios no ve nada más, sino que Él sólo ve si tus opiniones en la creencia en Dios son correctas: en quién crees, por el bien de quién crees y por qué crees. Si puedes ver las cosas con claridad y puedes enmendar tus opiniones y puedes practicar, entonces tu vida progresará y seguro podrás entrar en el camino correcto. Si tu relación con Dios no es normal, y tus opiniones sobre la creencia en Dios están desviadas, entonces esto excluirá todo lo demás: no importa cómo creas en Dios, no vas a ganar nada. Sólo si tu relación con Dios es normal, Dios te aprobará cuando le des la espalda a la carne, ores, sufras, soportes, obedezcas, ayudes a tus hermanos y hermanas, le dediques a Dios más esfuerzos, etc. Si algo que haces tiene o no valor y significado depende de que tus propósitos sean correctos y tus puntos de vista correctos.

 

Extracto De “La Palabra manifestada en carne

 

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