Música cristiana | "¡Oh, Dios! No merezco Tu amor" El amor de Dios nunca me abandona
I
Tantas lágrimas derramadas por mí.
Tanto dolor sufrido por mí.
Tantos largos caminos andados por mí.
Mucho gané y también perdí.
Tantas veces mis deseos se frustraron.
A veces pensé en dejar a Dios.
Pero Su amor me abrazó, de la mano me tomó.
Alejándome de la pasividad.
Alejándome, paso a paso.
A menudo pensé en alejarme,
pero me abrazó con todo Su amor.
Mi vergüenza queda expuesta porque
Sus palabras parten mi alma inmoral.
II
A menudo he dudado y me he perdido.
La tentación de Satanás no resistía.
Tantas veces buscaba fama y estatus.
Testarudo, no intenté renunciar.
¡Oh Dios, así es como soy!
No merezco Tu amor ni Tu salvación.
Si Tu palabra no indicara el camino,
ni un paso podría avanzar.
Alejándome de la pasividad.
Alejándome, paso a paso.
A menudo pensé en alejarme,
pero me abrazó con todo Su amor.
Me das Tu vida y Tu verdad.
Ahora Tú me has salvado.
III
¡Oh, Dios! No más pasividad, no recaeré.
La verdad practicaré, por Tu palabra viviré.
¡Oh, Dios! Castígame, júzgame,
refíname, límpiame para la salvación.
Alejándome de la pasividad.
Alejándome, paso a paso.
Alejándome de la pasividad.
Alejándome, paso a paso.
A menudo pensé en alejarme,
pero me abrazó con todo Su amor.
Me das Tu vida y Tu verdad.
Ahora Tú me has salvado.
Alejándome de la pasividad.
Alejándome, paso a paso.
Me das Tu vida y Tu verdad.
Ahora Tú me has salvado.
Ahora Tú me has salvado.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso
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