Al principio, Satanás engañó a Adán y Eva mediante mentiras, causó que ellos no escucharon las palabras de Dios y cometieron el pecado, finalmente fueron expulsados del Jardín del Edén. Y también, los pueblos judíos escucharon y creyeron las condenaciones de los fariseos hacia el Señor, así que crucificaron a Dios en la cruz, cometieron el pecado atroz.
Hace dos mil años, el Señor Jesús dijo que Él vendría pronto. Hoy en día, Dios ha regresado a la carne y ha llevado a cabo la obra entre los hombres. Sin embargo, algunos pastores y ancianos del mundo religioso se levantan para calumniar y condenar la vuelta del Señor, van abiertamente en contra de Sus palabras, y diciendo que todas noticias del regreso del Señor son falsas a fin de confundir a los creyentes e impedir a ellos a investigar el verdadero camino. Entonces, debemos distinguir lo correcto de lo incorrecto, sacar lecciones de la historia, investigar activamente la obra de Dios, leer Sus palabras, para saber determinar si es o no la voz de Dios y el regreso del Señor? Si escuchamos y creemos ciegamente a los pastores y ancianos y sólo sabemos prevenir a los falsos cristos, pero no nos concentramos en escuchar la voz de Dios, nunca podremos recibir al Señor, y seremos abandonados por Él.
Dios dice: “El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por el camino de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos racionales y aceptar la verdad. Quizás, habiendo oído el camino de la verdad y leído la palabra de vida, creas que sólo una de cada 10.000 de estas palabras está en sintonía con tus convicciones y con la Biblia, y entonces deberías seguir buscando en esa diezmilésima parte de esas palabras. Sigo aconsejándote que seas humilde, no te confíes demasiado y no te exaltes mucho. Con esta exigua reverencia por Dios en tu corazón, obtendrás mayor luz. Si examinas detenidamente y contemplas repetidamente estas palabras, entenderás si son o no la verdad, y si son o no la vida. Quizás, habiendo leído sólo unas pocas frases, algunas personas condenarán ciegamente estas palabras, diciendo: ‘Esto no es nada más que algún esclarecimiento del Espíritu Santo’, o ‘Este es un falso Cristo que ha venido a engañar a la gente’. ¡Los que dicen tales cosas están cegados por la ignorancia! ¡Entiendes demasiado poco de la obra y de la sabiduría de Dios, y te aconsejo que empieces de nuevo desde cero! No debéis condenar ciegamente las palabras expresadas por Dios debido a la aparición de falsos Cristos durante los últimos días ni ser personas que blasfeman contra el Espíritu Santo, porque teméis al engaño. ¿No sería esto una gran lástima? [...] ¡Piensa en ello! No seas imprudente e impetuoso, y no trates la creencia en Dios como un juego. Piensa en el bien de tu destino, en el bien de tus perspectivas, en el bien de tu vida, y no juegues contigo mismo. ¿Puedes aceptar estas palabras?”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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