Música cristiana | El gran dragón rojo se colapsa a medida que crece el pueblo de Dios
I
Cuando todo el pueblo haya sido hecho completo,
y todas las naciones de la tierra se conviertan en el reino de Cristo,
entonces será el momento en que retumben los siete truenos.
El día presente es una zancada adelante en la dirección de esa etapa,
se ha desencadenado la embestida sobre el tiempo venidero.
Este es el plan de Dios; en un futuro cercano se realizará.
Sin embargo, Dios ya ha cumplido todo lo que ha dicho.
Por tanto, queda claro que las naciones de la tierra
no son sino castillos en la arena,
que tiemblan cuando se acerca la marea alta:
el último día es inminente y el gran dragón rojo
se vendrá abajo a la palabra de Dios.
II
Para asegurarse de que el plan de Dios se lleve a cabo con éxito,
los ángeles del cielo han descendido a la tierra,
y hacen lo máximo por satisfacer a Dios.
El Dios encarnado mismo se ha desplegado
en el campo de batalla para librar guerra contra el enemigo.
Dondequiera aparece la encarnación, el enemigo es destruido en dicho lugar,
el enemigo es destruido en dicho lugar.
China es la primera en ser aniquilada, en ser devastada por la mano de Dios.
Él no le da en absoluto cuartel a China.
III
La prueba del derrumbe progresivo del gran dragón
se puede ver en la maduración continua de todo el pueblo.
Obviamente, cualquiera lo puede ver.
La maduración de todo el pueblo es una señal de la desaparición del enemigo.
La maduración de todo el pueblo es una señal de la desaparición del enemigo.
Pero Dios va personalmente al lugar en el que
el gran dragón rojo yace enroscado, para librar la batalla con él.
Y cuando toda la humanidad llegue a conocer a Dios en carne
y sea capaz de ver Sus obras en carne,
entonces la guarida del gran dragón rojo
quedará reducida a cenizas y desaparecerá sin dejar rastro.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
Fuente: Relámpago Oriental
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