Devocional cristiano | ¿Sabes el verdadero significado de la profecía de Apocalipsis “He aquí, vengo como ladrón”?
Al leer la profecía de Apocalipsis: “Mirad que vengo como ladrón, […]” (Apocalipsis 16:15). Muchas personas creen que esto quiere decir que nadie sabe el día específico en que el Señor vendrá en nubes. ¿Es este realmente el caso? La profecía bíblica sobre este aspecto también se encuentra en Mateo 25:6 “Mas llegada la medianoche, se oyó una voz que gritaba: Mirad que viene el esposo, salidle al encuentro”. Mateo 24:44 “Pues así mismo estad vosotros igualmente apercibidos, porque a la hora que menos penséis ha de venir el Hijo del hombre”. Aquí se menciona “la medianoche”, esto significa que Dios descenderá en silencio sin que la gente lo sepa, y la expresión “Hijo del hombre” se refiere a que Él se hará carne. Es decir, nace de un ser humano y tiene una humanidad normal, y se ve como una persona común en la apariencia exterior, pero Su esencia es divina porque el Espíritu de Dios se oculta en esta carne para hablar, así que la gente no puede reconocerlo tras verlo. Este es el verdadero significado de las palabras del Señor “Mirad que vengo como ladrón”.
Podemos reconocer al Señor solo por las palabras y obra de Dios. Al igual que el Señor Jesús, a pesar de que los pueblos judíos lo vieron, no reconocieron que era el Mesías, mientras que los discípulos Pedro, Juan, Natanael, etc., se concentraron en escuchar la voz de Dios, por lo que reconocieron que el Señor Jesús era el Mesías que habían esperado, y lo siguieron. Del mismo modo, cuando el Señor regresa encarnándose en los últimos días, también debemos enfocarnos en escuchar la voz de Dios, solo de esta manera tendremos la oportunidad de acoger al Señor, de ser arrebatados ante Su trono y de asistir al banquete con Él.
Han aparecido las señales del Apocalipsis, ahora es el momento crítico de recibir al Señor. ¿Cómo debemos recibir a Él? Haga clic en WhatsApp para unirse a nosotros y discutir con nosotros online, con el fin de encontrar maneras para dar la bienvenida al Señor.
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