Quienes no viven en la palabra de Dios
y huyen del sufrimiento del juicio,
todos a la deriva van,
como hojas al viento en el otoño.
I
Revolotean aquí y allá.
Nunca tienen dónde descansar,
menos aun a Dios con Su consuelo.
Sólo son mendigos en las calles,
fuera del reino del cielo.
Están vagando de un lado a otro,
aunque el refinamiento y castigo de Dios
no los siguen jamás.
¿Acaso en el mundo puedes descansar?
¿Puedes sonreír tranquilo en el mundo
si has evitado el castigo de Dios?
¿Acaso puedes usar tu gozo fugaz
para cubrir el vacío en tu corazón
que no se puede ocultar?
Puedes engañar a todos en tu familia,
pero nunca engañarás a Dios.
II
Ya que muy débil es tu fe,
no has visto el gozo que la vida ofrece.
Dios te pide sinceridad
y que media vida inviertas en Él.
Es mejor que pasar toda tu vida
en la mediocridad, trabajando para la carne,
resistiendo el sufrimiento y dolor
que el hombre apenas puede soportar.
¿Acaso en el mundo puedes descansar?
¿Puedes sonreír tranquilo en el mundo
si has evitado el castigo de Dios?
¿Acaso puedes usar tu gozo fugaz
para cubrir el vacío en tu corazón
que no se puede ocultar?
Puedes engañar a todos en tu familia,
pero nunca engañarás a Dios.
III
¿De qué te servirá amarte tanto así
y huir de Su castigo?
¿De qué te servirá cambiar Su breve castigo
por vergüenza y castigo eternos?
¿Acaso en el mundo puedes descansar?
¿Puedes sonreír tranquilo en el mundo
si has evitado el castigo de Dios?
¿Acaso puedes usar tu gozo fugaz
para cubrir el vacío en tu corazón
que no se puede ocultar?
Puedes engañar a todos en tu familia,
pero nunca engañarás a Dios.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
Fuente: Relámpago Oriental
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