Jiayi Ciudad de Fuyang, provincia de Anhui
En mi reciente visita a la iglesia, a menudo escuché decir a los líderes y colaboradores que algunas personas, después de asistir a la reunión conmigo, se volvían negativas, débiles y desmotivadas para continuar la búsqueda. Otras sentían que era muy difícil creer en Dios y malinterpretaron a Dios. Algunas dijeron que su condición estaba bien antes de encontrarse conmigo, pero tan pronto me vieron, se sintieron tremendamente presionadas e incómodas… Cuando escuché todo esto, se me cayó el alma a los pies, me sentí tremendamente agraviado. Cada vez que me reunía con ellos en la reunión me quedaba varios días, y para resolver sus problemas, les citaba innumerables pasajes de la palabra de Dios, hablando hasta que se me secaba la boca, pensando mientras tanto que mis esfuerzos habían dado buenos resultados. Nunca imagine que las cosas resultarían así. ¿Por qué sucedió esto? Me quedé pensando en esta pregunta mientras le oraba a Dios: “Oh Dios, sin duda soy culpable por lo que ha pasado, pero no sé dónde me equivoqué. Te pido que me guíes para ser más consciente de mis faltas. Estoy dispuesta a esperar para recibir Tu iluminación”.
Después de terminar mi oración, empecé a reflexionar en la reunión con los hermanos y hermanas: Cuando expresaban tener problemas con la organización del trabajo, diseccionaba su naturaleza arrogante y explicaba las consecuencias de la arrogancia diciendo que toda arrogancia inevitablemente sería castigada. Si veía que estaban surgiendo problemas en el proceso de elección, hablaba sobre cómo seleccionar a las personas equivocadas frenaría el trabajo de la iglesia y arruinaría la vida de los hermanos y hermanas. De esta forma, Dios llegaría a odiarnos y seríamos eliminados. Cuando veía a los hermanos y hermanas holgazaneando en el trabajo, traía a colación a “Zhenxin” como ejemplo. Les decía que estaban siendo engañosos y que esto equivalía a traicionar a Dios. Si no cambiaban sus hábitos, su destino sería el mismo que el de Judas. Cuando no estaban dispuestos a propagar el evangelio, les explicaba cómo esas acciones eran rebelarse y resistir a Dios… ¡Oh Dios! ¿En qué sentido estaba usando la verdad para resolver sus problemas? ¡Estaba usando pura intimidación! Bajo la dirección de Dios, pensé en el siguiente pasaje de la comunicación del hombre: “El servicio en consonancia con la voluntad de Dios requiere que en todas las cosas y con respecto a todos los asuntos debemos exaltar a Dios, dar testimonio de Dios, estar en comunión con la voluntad de Dios, estar en comunión con los requerimientos de Dios, y permitir que otros actúen de acuerdo a la palabra de Dios. No debemos hacer que las personas actúen de acuerdo a los principios, reglas y dichos del hombre. Tu comunión debe permitir que las personas vengan ante Dios y obedezcan Su voluntad, actúen de acuerdo a la palabra de Dios, y en última instancia lleguen a conocer a Dios y lo obedezcan” (La comunión de los de arriba). En este momento, experimenté una súbita revelación. Dios encomienda a los líderes la obra de exaltar a Dios, de dar testimonio de Dios, de comunicar la voluntad y requerimientos de Dios, permitiendo que otros actúen de acuerdo a los requerimientos de Dios, y, en última instancia, que lleguen a entender y obedecer a Dios. Sin embargo, al resolver los problemas de los hermanos y hermanas, rara vez hablé de los requerimientos de Dios, de Su voluntad o Sus expectativas. Además, rara vez usé la verdad para estar en comunión con las condiciones de los hermanos y hermanas. En cambio, constantemente diseccionaba su naturaleza y la manera en que actuaban. Les mencionaba las posibles consecuencias de sus acciones para intimidarlos a fin de que se conocieran a sí mismos. Esto hizo que los hermanos y hermanas no pudieran comprender la voluntad de Dios, no tuvieran una comprensión real de sí mismos y fueran aún menos capaces de ver la sincera intención de la salvación de Dios y Su amor por la humanidad. Como resultado, vivían en todo tipo de condiciones anormales. Sólo entonces me di cuenta de que había estado actuando en adhesión ciega a mis propios deseos. ¡Había estado resistiéndome a Dios! Al dirigir a los hermanas y hermanos de esta manera, no sólo era incapaz de ayudarlos a comprender y obedecer a Dios, sino que de hecho estaba haciendo que lo malentendieran y que entraran cada vez más en conflicto con Dios. De esta forma, cada vez se apartaban más de Dios y cometían más y más transgresiones. A pesar del hecho de que resolvía los problemas de los hermanas y hermanos de acuerdo a la palabra de Dios y todo lo que decía era hecho, en realidad no estaba obrando en forma constructiva. De hecho, lo que estaba haciendo era totalmente inútil. Esta forma de obrar sería extremadamente perjudicial para la obra de la iglesia. Fue entonces que me di cuenta de que la mejor forma de apoyar a los hermanos y hermanas era permitirles comprender la voluntad de Dios a través de la palabra de Dios, darse cuenta de la intención sincera de la salvación de Dios, llegar a conocer la esencia de su propia naturaleza y, al hacerlo, aprender a odiarse a sí mismos, actuar de acuerdo a los requerimientos de Dios y, en última instancia, llegar a conocer y obedecer a Dios. Este es el verdadero significado del servicio de acuerdo a la voluntad de Dios, y esta es la única clase de servicio que considera la voluntad de Dios.
Le doy gracias a Dios por mostrarme la verdadera razón por la cual mi trabajo había sido ineficiente. Después, conscientemente obré para estar en comunión con la voluntad y requerimientos de Dios de conformidad con las condiciones de los hermanos y hermanas. Hablé sobre por qué Dios les haría actuar en la forma que Él requiere, cómo Sus intenciones sinceras se reflejan en sus vidas y qué clase de efecto Él esperaba obtener. También les hablé sobre cómo ellos podrían obrar con Dios para estar en consonancia con Su voluntad… Después de estar en comunión de esta forma, realmente vi las bendiciones de Dios: Los hermanos y hermanas empezaron a comprender la voluntad de Dios y a ser testigos de la salvación de Dios. Llegaron a comprender que el precio que Dios ha pagado por toda la humanidad va más allá de nuestra comprensión. Empezaron a comprender su naturaleza rebelde, estaban dispuestos a buscar la verdad y se sentían motivados para cumplir con sus obligaciones.
A medida que los hechos se fueron revelando, adquirí un sentimiento profundo de la naturaleza real del amor de Dios. Cuando yo obraba de acuerdo a mi propia voluntad, resistiendo a Dios en mi servicio para Él, Dios me reveló inmediatamente mis defectos y deficiencias y corrigió todos los errores de mi obra. De lo contrario, realmente no sé a dónde hubieran llevado mis acciones a los hermanos y hermanas, o por cuánto tiempo los hubiera atrapado. Dios Todopoderoso, gracias por Tu obra real y verdadera, que me permitió ver Tus maravillosas acciones y la salvación que me otorgaste. De ahora en adelante, prometo redoblar mis esfuerzos con la verdad y trabajar más duro para cumplir con Tus requerimientos, a fin de buscar y comprender Tu voluntad y adquirir la habilidad de obrar de acuerdo a Tus deseos en todas las cosas, realizando el servicio de acuerdo a Tu voluntad.
Fuente del artículo:Iglesia de Dios Todopoderoso
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