Reflexión cristiana | ¿Qué es la raíz del dolor de la gente?
Al principio, cuando Dios creó a Adán y Eva, vivían en el Jardín del Edén y Dios estaba con ellos, y vivían bajo Su protección y cuidado. No había dolor ni pena y tampoco había muerte. Pero posteriormente, Adán y Eva fueron tentados por Satanás. Creyeron sus mentiras y traicionaron a Dios, dejaron de obedecerlo y reverenciarlo. Como consecuencia, perdieron el cuidado y la protección de Dios y cayeron bajo el campo de acción de Satanás, que los engañó y les trajo tristeza. A medida que Satanás corrompía aún más a cada siguiente generación de hombres, las personas se olvidaron de Dios y ya no tenían Su palabra en sus corazones.
Vivían completamente de acuerdo con la lógica y la filosofía de Satanás. Buscaban dinero, fama y estatus y se entregaban a los placeres del pecado. Las vidas de los hombres se volvieron cada vez más dolorosas y vacías y estos se hundieron profundamente en la red de Satanás, incapaces de salir de esta. Paso a paso fueron gravemente afligidos por Satanás hasta que murieron.
Dios Todopoderoso dice: “La humanidad se ha desarrollado durante decenas de miles de años de historia para llegar a donde está hoy. Sin embargo, la humanidad de Mi creación original ya hace mucho tiempo que se ha hundido en la degeneración. Ella ya ha dejado de ser lo que Yo quiero, y es por eso la humanidad, tal y como Yo la veo, ya no merece el nombre de humanidad. Es más bien la escoria de la humanidad que Satanás ha secuestrado, los podridos cadáveres ambulantes dentro de los cuales vive Satanás y que él usa como vestimenta. Las personas no creen en lo más mínimo en Mi existencia ni dan la bienvenida a Mi llegada”.
“El hombre caminó con Dios durante las épocas, sin embargo, el hombre no sabe que Dios gobierna el destino de todas las cosas y de los seres vivos ni sabe cómo Dios orquesta y dirige todas las cosas. Esto es algo que el hombre ha eludido desde los tiempos inmemoriales hasta el día presente. En cuanto a la razón del porqué, no es porque los hechos de Dios sean demasiado esquivos, o porque el plan de Dios todavía se tenga que ejecutar, sino porque el corazón y el espíritu del hombre están muy distantes de Dios. Por lo tanto, incluso si el hombre sigue a Dios, sin saberlo permanece al servicio de Satanás. Ninguno busca activamente las huellas o la aparición de Dios y nadie desea existir bajo el cuidado y la custodia de Dios. Más ellos están dispuestos a depender de la corrosión de Satanás y el maligno con el fin de adaptarse a este mundo y a las reglas de vida que sigue la malvada humanidad. A estas alturas el corazón y el espíritu del hombre se sacrifican a Satanás y se convierten en su sustento. Además, el corazón y el espíritu humanos se convierten en un lugar en el cual Satanás puede residir y en una zona de recreación apropiada para este. De esta manera, sin darse cuenta, el hombre pierde su comprensión de los principios de ser humano y del valor y el sentido de la existencia humana. Las leyes de Dios y el pacto entre Dios y el hombre gradualmente se desvanecen en el corazón del hombre y el hombre no busca más a Dios ni le pone atención. A medida que el tiempo pasa, el hombre ya no entiende por qué Dios creó al hombre ni tampoco entiende las palabras que salen de la boca de Dios ni se da cuenta de todo lo que proviene de Dios. El hombre comienza a resistir las leyes y decretos de Dios; el corazón y el espíritu del hombre se insensibilizan… Dios pierde al hombre de Su creación original y el hombre pierde la raíz de su principio. Este es el dolor de esta humanidad. En realidad, desde el mero comienzo hasta el día de hoy, Dios ha montado una tragedia para la humanidad en la que el hombre es tanto el protagonista como la víctima y ninguno puede contestar quién es el director de esta tragedia”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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