Los últimos días han llegado. Dice la profecía del Apocalipsis: “Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre” (Apocalipsis 6:12). Además, el Libro de Joel 2: 29-31 dice: “Y en esos días también derramaré Mi espíritu sobre los sirvientes y las mucamas. Y mostraré maravillas en los cielos y en la tierra, sangre y fuego, y columnas de humo. El sol será convertido en oscuridad y la luna en sangre, antes de que llegue el gran y terrible día de Jehová”.* “El gran y terrible día” mencionado en la profecía en el Libro de Joel se refiere a los grandes desastres. Todos vimos las cuatro lunas de sangre y las superlunas de 2019. En los últimos años se ha producido una escalada de desastres, con la frecuente aparición de terremotos, hambrunas e inundaciones. El brote de coronavirus que surgió en Wuhan (China) en 2019 se ha extendido por el mundo y ocasionado un creciente número de víctimas. Todo esto nos horroriza. La situación mundial es turbulenta y cambia constantemente. Con frecuencia estallan guerras, se suceden los incidentes violentos y siguen aumentando los atentados terroristas; la atmósfera del mundo se calienta cada vez más, y los climas extremos y todo tipo de maravillas astronómicas ocurren constantemente. Entonces, ¿cómo debemos ver los cristianos estos desastres? ¿Qué es lo que Dios quiere inspirar en nosotros por medio de estos desastres? ¿Qué obra realizará Dios antes de que lleguen los grandes desastres? Dice en el Libro de Joel 2:29: “Y aun sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en esos días”. Según esta profecía, antes de que vengan los grandes desastres, el Espíritu de Dios expresará Sus palabras para regar a Sus siervos y siervas. Está profetizado en muchas partes de los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Y en Apocalipsis 7:14: “Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Y en Apocalipsis 14:4: “Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”. Y en Apocalipsis 2:7 se afirma: “Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios”. A partir de estas profecías, podemos ver que Dios realizará una nueva etapa de Su obra en los últimos días, en la que expresará Sus palabras y formará un grupo de vencedores antes de los desastres. Estas personas serán las primicias, serán las que sirven a Dios y a las que al final Él llevará a su reino.
Las palabras de Dios han descubierto este misterio y nos han dicho qué obra realizará Dios antes de que lleguen los desastres. Leamos juntos algunos pasajes de palabras clásicas expresadas por Dios:
¡Abre tus ojos, mira y puedes ver Mi gran poder en todas partes! Puedes estar seguro de Mí en todas partes. El universo y la expansión están difundiendo Mi gran poder. Todas las palabras que Yo he hablado se han hecho realidad en el calentamiento del clima, el cambio climático, las anomalías de las personas, el desorden de la dinámica social y el engaño del corazón de las personas. El sol se blanquea y la luna enrojece; todo está es desorden. ¿Seguís sin verlo?
Extracto de “Capítulo 39” de Declaraciones de Cristo en el principio
En todas las naciones y lugares del mundo, terremotos, hambrunas, plagas y toda clase de desastres ocurren con frecuencia. Conforme Yo lleve a cabo Mi gran obra en todas las naciones y lugares, estos desastres surgirán con más intensidad que en cualquier otro momento desde la creación del mundo. Este es el principio de Mi juicio de todos los pueblos.
Extracto de “Capítulo 92” de Declaraciones de Cristo en el principio
Sin darnos cuenta de ello, la situación en cada país del mundo es cada vez más tensa, desmoronándose día a día y cayendo día a día en el caos. Todos los dirigentes de cada país tienen la esperanza de obtener poder al final. No lo esperan, pero Mi castigo ya está sobre ellos.
Extracto de “Capítulo 82” de Declaraciones de Cristo en el principio
El día de hoy en varios países estoy haciendo la obra que me he propuesto lograr. Me estoy moviendo entre todos, haciendo toda Mi obra como la planeé, y toda la humanidad está separando las diversas naciones de acuerdo a Mi voluntad. Las personas en la tierra tienen fija su atención en su propio destino, ya que el día se acerca y los ángeles tocan sus trompetas. Ya no habrá más retrasos y toda la creación por consiguiente comenzará a danzar con júbilo. ¿Quién podría extender Mi día a su voluntad? ¿Podría ser un terrícola? ¿Podrían ser las estrellas en el cielo, o los ángeles? Cuando Yo hago una declaración y comienzo la salvación del pueblo de Israel, Mi día se acerca a toda la humanidad. Todos los hombres temen el regreso de Israel. Cuando regrese, será Mi día de gloria y el día en que todo cambie y se renueve. Siendo que un juicio justo estará enfrentando a todo el universo, todos estarán temerosos y asustadizos porque en el mundo humano la justicia es insólita. Cuando aparezca el Sol de justicia, el Este será iluminado, y después este iluminará a todo el universo alcanzando a todos. Si el hombre pudiera realmente hacer Mi justicia, ¿qué habría que temer? Todo Mi pueblo espera la llegada de Mi día, anticipando la venida de Mi día. Me esperan para que retribuya a toda la humanidad y fije su destino como el Sol de justicia. Mi reino se está formando sobre todo el universo y Mi trono se está apoderando de los corazones de trillones de personas. Con la ayuda de los ángeles, Mi gran logro pronto se llevará a un término exitoso. Todas las multitudes de Mis hijos y Mi pueblo esperan ansiosamente Mi regreso, anticipando Mi reunión con ellos, para nunca más volver a separarnos. ¿Cómo podría todo el pueblo de Mi reino no correr de un lado a otro celebrando los unos con los otros que Yo esté junto a ellos? ¿A quién se le ocurriría ahorrar costos en esta reunión? Soy honorable a los ojos de todos; soy proclamado en las bocas de todos. Cuando regrese, además, conquistaré a todas las fuerzas enemigas. ¡El momento ha llegado! ¡Pondré Mi obra en marcha, reinaré supremo entre los hombres! ¡Voy a regresar! ¡Me voy a ir! Esto es lo que todos están anticipando, lo que están esperando. ¡Quiero dejar que todos vean la llegada de Mi día y que gozosamente le den la bienvenida al arribo de Mi día!
Extracto de “Capítulo 27” de Las palabras de Dios al universo entero
Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen choques interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Haré que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz se extenderá por toda la tierra; quiero, frente a Mi pueblo elegido, decirles más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Al igual que un recién nacido, todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al “Monte de los Olivos” del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual! Que todos se presenten ante Mi trono y vean Mi semblante glorioso, oigan Mi voz y contemplen Mis obras. Esta es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan, así como el propósito de Mi gestión. ¡Que cada nación me adore, que cada lengua me reconozca, que todos los hombres depositen su fe en Mí y que todas las personas se sometan a Mí!
Extracto de “Los siete truenos retumban: profetizan que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo”
Some Scriptures taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation
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