Reflexión cristiana | ¿Qué es la encarnación?
En cuanto a lo que es la encarnación y lo que es Cristo, se puede decir que este es el misterio de la verdad que todos los creyentes no entendemos. Durante miles de años, las personas que creen en el Señor han sabido que el Señor Jesús era el Dios encarnado, pero nadie puede conocer qué son la encarnación y Su esencia. Los misterios de la verdad a este respecto solo pueden ser abiertos por Dios mismo.
Dios dice: “El significado de la encarnación es que Dios aparece en la carne y Él viene a obrar en medio del hombre de Su creación bajo una imagen de carne. Por tanto, para que Dios se encarne, primero debe ser carne, una carne con una humanidad normal; esto, como mínimo, es el requisito previo más básico. De hecho, la implicación de la encarnación de Dios es que Él vive y obra en la carne; Dios se hace carne en Su misma esencia, se hace hombre”.
“El Cristo con humanidad normal es una carne en la que el Espíritu se materializa, que posee una humanidad normal, un sentido normal y un pensamiento humano. ‘Materializarse’ significa que Dios se hace hombre, que el Espíritu se hace carne; dicho claramente, es cuando Dios mismo habita en la carne con una humanidad normal y expresa Su obra divina a través de ella. Esto es lo que significa materializarse o encarnarse”.
“El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso, sino que es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo. Sea Su humanidad o Su divinidad, ambas se someten a la voluntad del Padre celestial. La esencia de Cristo es el Espíritu, es decir, la divinidad. Por lo tanto, Su esencia es la de Dios mismo; esta esencia no interrumpirá Su propia obra y Él no podría hacer nada que destruyera Su propia obra ni tampoco pronunciaría ninguna palabra que fuera en contra de Su propia voluntad”.
De la Palabra de Dios, podemos entender que Dios encarnado es el Espíritu de Dios hecho carne, convertido, tras adoptar la carne, en una persona normal que aparece, habla y obra en la tierra para redimir y salvar a la humanidad. Él tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Por fuera parece una persona normal y corriente, nada altiva ni extraordinaria, tiene las reglas normales de la vida, se dedica a todas las actividades de las personas normales, y tiene emociones normales, vive entre la gente de manera viva, real y práctica. En Su apariencia no se puede ver nada que sea diferente de los demás. Pero la esencia de Dios encarnado es la divinidad. Él puede expresar el carácter de Dios y lo que Él tiene y es, expresando la verdad para proveer y salvar a la humanidad en cualquier lugar y momento, y puede realizar Su propia obra. Esto es algo que ninguna criatura posee. Todos sabemos que el Señor Jesús era el Dios encarnado y Cristo. Desde fuera, Él era una persona normal y corriente, como nosotros, pero podía expresar la verdad y otorgar a la gente el camino del arrepentimiento y tenía autoridad para perdonar pecados, llevando a cabo la obra de la crucifixión para redimir a toda la humanidad, lo que nadie puede hacer. Aunque el Señor Jesús tenía una humanidad normal, era más esencia divina, capaz de expresar la verdad y la voz de Dios y de hacer Su obra en la identidad de Dios. Por eso, si solo miramos el lado de la humanidad normal de Cristo, es fácil tratar a Cristo como una persona común. Si llegamos a entender que las palabras expresadas por Cristo son todas verdades y que todo lo que Él revela es el carácter de Dios y es lo que Dios es y tiene, y si podemos ver los hechos de Dios en la carne, seremos capaces de conocer la esencia divina de Cristo.
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