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Reflexión cristiana | ¿Qué es el verdadero arrepentimiento? (Parte 2)

 

Reflexión cristiana | ¿Qué es el verdadero arrepentimiento? (Parte 2)

 

Ayer varios hermanos y hermanas Juan, José, André, Pedro discutieron: “¿Qué es el verdadero arrepentimiento?” Hoy contaremos los resultados finales de sus discusiones...

 

Juan dijo: “El testimonio del verdadero arrebatamiento de los ninivitas hacia Dios también está registrado en las Escrituras. Cuando el rey de Nínive oyó las palabras de Dios transmitidas por el profeta Jonás: ‘[...] Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada’ (Jonás 3:4), él creyó y obedeció a Dios. Luego dejó a un lado su condición real, se quitó sus vestiduras reales, se cubrió con cilicio y se sentó en cenizas para confesar y arrepentirse ante Dios con su pueblo. Como dicen los registros de la Biblia: ‘Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes, diciendo: Ni hombre ni bestia, ni buey ni oveja prueben cosa alguna; no pasten ni beban agua, sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. ¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de su ira, y no perezcamos’” (Jonás 3:6-9).

 

En ese momento Pedro dijo emocionado: “Respecto al arrepentimiento de la gente de Nínive, hace algún tiempo, leí un pasaje acerca de eso en un libro. Permítanme leerlo”.

 

Otros dijeron: “¡Está bien!”

 

Pedro sacó una libreta de su bolsa, la abrió y leyó: “Después de escuchar la declaración de Dios, el rey de Nínive y sus súbditos llevaron a cabo una serie de actos. ¿Cuál es la naturaleza de su conducta y sus acciones? En otras palabras, ¿cuál es la esencia de la totalidad de su conducta? ¿Por qué hicieron lo que hicieron? En los ojos de Dios se habían arrepentido sinceramente, no sólo porque habían rogado a Dios fervientemente y confesado sus pecados delante de Él, sino también porque habían abandonado su conducta malvada. Actuaron de esta forma porque después de oír las palabras de Dios, se asustaron increíblemente y creyeron que Él haría lo que dijo. Ayunando, vistiendo de cilicio y sentándose sobre cenizas, deseaban expresar su disposición a reformarse de sus caminos y refrenar su maldad, a orar para que Jehová Dios contuviese Su enojo, a rogar a Jehová Dios para que se retractase de Su decisión, así como de la catástrofe que estaba a punto de caer sobre ellos. Por medio del examen de todo su comportamiento se puede ver que ya entendieron que sus actos malvados anteriores eran detestables para Jehová Dios y que entendieron la razón por la que Él los destruiría pronto. Por estas razones, todos deseaban arrepentirse completamente, volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. En otras palabras, una vez conocieron la declaración de Jehová Dios, todos y cada uno de ellos sintió miedo en su corazón; ya no continuaron más con su conducta malvada ni cometiendo esos actos aborrecidos por Jehová Dios. Adicionalmente, rogaron a Jehová Dios que perdonase sus pecados pasados y que no los tratase de acuerdo a sus acciones pasadas. Estaban dispuestos a no involucrarse más en la maldad y actuar según las instrucciones de Jehová Dios, para nunca más enfurecer a Jehová Dios. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. Vino de las profundidades de sus corazones y no fue fingido, ni tampoco temporal”.

 

Pedro compartió su idea: “Podemos ver en este pasaje que la principal manifestación del verdadero arrepentimiento es que el hombre admita sus pecados y malas acciones se odie a sí mismo por ellos, confesándolos y arrepintiéndose sinceramente a Dios. Además, deben abandonar los actos malvados y actuar de acuerdo con la palabra de Dios a fin de no cometer el mismo pecado oponiéndose a Dios. En el pasado, aunque nos presentamos ante Dios para confesarnos y arrepentirnos, nuestro arrepentimiento simplemente se quedó en palabras, y no nos despreciamos en nuestros corazones. Muchas veces pasamos por la formalidad de pedir el perdón del Señor, y en la primera ocasión pecamos y desobedecemos a Dios otra vez. Esto simplemente no es verdadero arrepentimiento. Dios inspecciona los corazones de las personas. Solo cuando nos arrepintamos verdaderamente podremos obtener la misericordia de Dios y Su favor”.

 

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.

 

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