Canción cristiana | El semblante del Rey del reino es glorioso sin comparación
I
Dios hizo un nuevo comienzo en la tierra,
en ella encontró Su gloria.
La perspectiva final es muy bella,
Él no contiene el orgullo, en Su pecho se inflama.
Su corazón late y las colinas saltan de gozo igual.
Las aguas bailan con júbilo y las olas al compás, batiendo contra las rocas.
Inefable es Su corazón.
De esto, vemos lo que planea Dios y es justo lo que ha hecho Él,
es lo que ha predestinado,
pide al hombre experimentar y que vea.
II
La perspectiva del reino es bella, su Rey es victorioso.
De cabeza a pies, carne o sangre no hay en Él.
La santidad compone toda Su parte.
De Él irradia un brillo santo,
mezclado sin pizca de humana voluntad.
Él está pleno de justicia con el aliento del cielo,
una fragancia emana,
como amado en el “Cantar de los Cantares”.
Fascina más que los santos reunidos, más noble que los santos del ayer,
es un ejemplo para la humanidad,
y el hombre es incapaz de compararse con Él,
es indigno de mirarlo a la cara.
Glorioso semblante de Dios, Su rostro y Su imagen siempre serán
para el hombre inalcanzables.
Nadie puede compararse a Dios,
ni alabarlo con ligereza.
Su rostro y Su imagen siempre serán para el hombre inalcanzables.
Su corazón late, y las colinas saltan de gozo igual.
Las aguas bailan con júbilo y las olas al compás, batiendo contra las rocas.
Inefable es Su corazón.
De “La Palabra Manifestada En Carne”
Recomendación: Adoración a Dios
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