Canción cristiana | He visto la belleza de Dios
I
Oigo una voz familiar, me llama una y otra vez. Me despierto y volteo a ver, quién habla ahí. Su voz es suave y grave, ¡Su imagen bella es! Sufro golpes y llevo un gran dolor, Su tierna mano me acaricia.
Al darme cuenta de que fue el Todopoderoso con quien luché. Me odio, arrepentida, pienso en lo que hice. Tan corrupta, sin humanidad, ahora veo la verdad. Un nuevo comienzo, a la verdadera vida, cumplo mi deber.
Por prestigio, reto a Dios, soy indigna. Dios aún es Dios, y el hombre es sólo hombre, tan ignorante soy. Tan necia y vanidosa para llegarme a conocer. Fui atrevida y me avergüenzo, se arrepiente mi corazón.
Me odio, sin saber para qué debo vivir. El diablo me pisoteó por tantos años, despreciable me volví. Envenenada por el maligno, perdí mi humanidad. Si no cambio ni renazco, no tendré una vida real.
II
Mi actitud pecadora me enfada, mi labor es inútil. Ignoro a Dios, con caprichos, ¿podría acaso resistir? Dios me juzga, por mi rebelión, injusticia. He visto el verdadero amor del castigo y del juicio.
Dios es justo, convencida estoy, cara a cara con Él. La práctica salvación de Dios lejos me llevara. La autenticidad y omnipotencia de Dios, revelada totalmente al hombre. Viviendo en la luz, conozco a Dios y he visto Su belleza. Estoy decidida a cumplir mi deber, satisfaré y amaré a Dios.
De "Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos"
Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso
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